Nunca antes se había observado en tiempo real el lanzamiento de un chorro de un agujero negro. Astrónomos han observado por primera vez el momento en que un agujero negro supermasivo en el corazón de una galaxia lejana expulsó un chorro de material a un tercio de la velocidad de la luz. Además, la estructura está formada técnicamente por dos chorros, cada uno de ellos de aproximadamente medio año luz de diámetro. El agujero negro en cuestión, que tiene una masa de alrededor de 1.400 millones de veces la del Sol, se encuentra en el corazón de una galaxia designada como 1ES 1927+654. Se encuentra a unos 270 millones de años luz de distancia, en la constelación de Draco. Los astrónomos están muy familiarizados con los chorros gemelos lanzados desde los polos de los agujeros negros supermasivos. Estas estructuras pueden extenderse a distancias de hasta 23 millones de años luz, extendiéndose muy por encima y por debajo del plano de la galaxia de la que brotan.
Este tipo de chorros son habituales en los núcleos activos de galaxias (AGN, por sus siglas en inglés), en los que los agujeros negros de las galaxias se alimentan del gas y el polvo que los rodea. El material que no cae en las fauces del agujero negro central puede canalizarse hacia los polos del agujero negro. En esos polos, los potentes campos magnéticos aceleran estas partículas hasta que expulsan chorros altamente colimados hacia el exterior a velocidades que son equivalentes a una fracción considerable de la velocidad de la luz. Aunque los astrónomos observan muchos de estos chorros astrofísicos, nunca antes habían visto uno en erupción en tiempo real. Por lo tanto, este descubrimiento podría ayudar a comprender mejor cómo se desarrollan inicialmente estos poderosos chorros astrofísicos.